ARTESLES – Un Festival con nota.
El domingo 5 de agosto 2007 se inauguró de modo solemne el Ciclo Musical de "Artesles" en su parte de Festival de Música. Y digo solemne porque el exigente repertorio interpretado por el cuarteto Ars Hispánica, la música de Eduardo Toldrá y Shostakovich, y el estreno en Cantabria del "Quinteto con guitarra op.15" del compositor local José Manuel Fernández, interpretándose a sí mismo, supuso un lujo indudable en el marco extraordinariamente histórico y acústico de la Iglesia Románica de la Asunción en Santa María de Cayón, cuyo párroco Juan Jáuregui es también un gran músico y organista. El Cuarteto "Ars Hispánica" formado por los hermanos cántabros Alejandro, María y José Manuel Sáiz y Laura Oliver al violoncello, es sin duda una garantía por su formación en los mejores centros de España, EEUU y Suiza, su amplia experiencia en conciertos en todo el mundo en los más prestigiosos Festivales y sus grabaciones de todo tipo con inclusión de la música contemporánea más avanzada.
Se inicia el concierto con el cuarteto Cuarteto Vistes al mar (Evocacions poètiques) 1921, de Eduard Toldrá (1885), perteneciente al segundo período de su personalidad musical (1921 a 1936) en que desarrolla prácticamente la totalidad de su obra, tampoco numerosa, y que viene después de unos nueve años como intérprete de violín y precede a su tercer período como director de orquesta. Su obra que se inicia con este cuarteto y llega hasta el ciclo de canciones "La rosa als llavis", surge como resultado del nuevo renacimiento de la cultura catalana siendo una de las propuestas más sólidas que contribuyeron al llamado "noucentisme". Los tres movimientos "Allegro con brío", "Lento" y "Molto Vivace", magistralmente interpretados, como todo el concierto, nos dejaron el gusto por esa música auténticamente camerística en cuyo sonido íntimo se entreveían ciertos pálpitos de música popular tradicional que no llegaba a aflorar pero sí entretenía la continuidad poética de su inspiración musical.
Al segundo bloque se incorpora José Manuel Fernández, compositor cántabro de Sarón con una imparable carrera musical, galardonado en importantes certámenes nacionales, y cuyas obras didácticas y de concierto vienen siendo publicadas por importantes revistas de todo el mundo, incorporándose sus obras en programas de distintos conservatorios y solistas que han realizado, además, diferentes grabaciones. Desde 2000 es el director del Conservatorio Jesús de Monasterio, además de continuar ejerciendo como profesor en varios conservatorios españoles en diferentes Cursos y Master.
La obra "Quinteto con guitarra" se sitúa en 1996 por encargo del VII Festival de la Guitarra de Canarias y dedicado a Carlos Oramas, guitarrista canario que estrenó la obra junto al "Cuarteto San Petersburgo" el mismo año en el Teatro de la Guiniguada de Las Palmas. Se trata de una obra contemporánea con armonía absolutamente cromática comprometida tanto para el solista como para el cuarteto de cuerda, y cuyo tema proviene de la manifestación romera celebrada en la Isla de Hierro cada cinco años, en que la procesión que porta la Virgen va acompañada de una melodía arcaica interpretada con flautas y percusión. A sus dos primeros movimientos de desarrollo temático en que se confrontan multiplicidad de líneas trasformadoras del motivo expuesto permanentemente y en constante transformación, cierra el tercero con imposición extrovertida de un ritmo primitivo y ritual para descansar en rasgueados evocadores del temple canario. Justo es reconocer que la composición roza la genialidad.
Y nada mejor escogido para el tercer bloque que un Shostakovich rememorador de sus desgracias y sufrimientos bajo el régimen soviético de los peores años de la segunda gran guerra, que expone de modo magistral en su Cuarteto num. 8 en Do menor, uno de sus quince cuartetos con los que sin duda contribuyó eficazmente a la música de su época. Cinco movimientos sin interrupción con alternancias de cada instrumento en el tema mientras persiste casi silenciosamente una nota de la tonalidad uniendo todo el conjunto, unísonos de fuerza desgarradora y hasta yo diría que desvaneciéndose compasivamente hasta alcanzar el absoluto silencio. Tanto y tan a gusto nos dejaron que costó arrancar el aplauso final, como si una nebulosa de paz nos hubiera dominado hasta postrarnos en la más pura relajación, aunque, claro, el fragor del aplauso tuvo el premio de un Turina fuera de programa.
Para terminar una nota de admiración para el equipo que lidera Fernando Zamanillo que ha hecho de este Festival de Arte y Música "Artesles", y en sólo cinco años, no ya una alternativa a la cultura de nuestro verano, sino una auténtica referencia artística en el Valle de Cayón. La oportunidad de unir el arte visual plástico con la música, la Edad Media con el Siglo XXI, los movimientos tradicionales con los más vanguardistas, y la incorporación de artistas interesantes e importantes, es una oferta digna la mayor atención. --- (Jesús Manuel Piedra - 06-8-07)
Se inicia el concierto con el cuarteto Cuarteto Vistes al mar (Evocacions poètiques) 1921, de Eduard Toldrá (1885), perteneciente al segundo período de su personalidad musical (1921 a 1936) en que desarrolla prácticamente la totalidad de su obra, tampoco numerosa, y que viene después de unos nueve años como intérprete de violín y precede a su tercer período como director de orquesta. Su obra que se inicia con este cuarteto y llega hasta el ciclo de canciones "La rosa als llavis", surge como resultado del nuevo renacimiento de la cultura catalana siendo una de las propuestas más sólidas que contribuyeron al llamado "noucentisme". Los tres movimientos "Allegro con brío", "Lento" y "Molto Vivace", magistralmente interpretados, como todo el concierto, nos dejaron el gusto por esa música auténticamente camerística en cuyo sonido íntimo se entreveían ciertos pálpitos de música popular tradicional que no llegaba a aflorar pero sí entretenía la continuidad poética de su inspiración musical.
Al segundo bloque se incorpora José Manuel Fernández, compositor cántabro de Sarón con una imparable carrera musical, galardonado en importantes certámenes nacionales, y cuyas obras didácticas y de concierto vienen siendo publicadas por importantes revistas de todo el mundo, incorporándose sus obras en programas de distintos conservatorios y solistas que han realizado, además, diferentes grabaciones. Desde 2000 es el director del Conservatorio Jesús de Monasterio, además de continuar ejerciendo como profesor en varios conservatorios españoles en diferentes Cursos y Master.
La obra "Quinteto con guitarra" se sitúa en 1996 por encargo del VII Festival de la Guitarra de Canarias y dedicado a Carlos Oramas, guitarrista canario que estrenó la obra junto al "Cuarteto San Petersburgo" el mismo año en el Teatro de la Guiniguada de Las Palmas. Se trata de una obra contemporánea con armonía absolutamente cromática comprometida tanto para el solista como para el cuarteto de cuerda, y cuyo tema proviene de la manifestación romera celebrada en la Isla de Hierro cada cinco años, en que la procesión que porta la Virgen va acompañada de una melodía arcaica interpretada con flautas y percusión. A sus dos primeros movimientos de desarrollo temático en que se confrontan multiplicidad de líneas trasformadoras del motivo expuesto permanentemente y en constante transformación, cierra el tercero con imposición extrovertida de un ritmo primitivo y ritual para descansar en rasgueados evocadores del temple canario. Justo es reconocer que la composición roza la genialidad.
Y nada mejor escogido para el tercer bloque que un Shostakovich rememorador de sus desgracias y sufrimientos bajo el régimen soviético de los peores años de la segunda gran guerra, que expone de modo magistral en su Cuarteto num. 8 en Do menor, uno de sus quince cuartetos con los que sin duda contribuyó eficazmente a la música de su época. Cinco movimientos sin interrupción con alternancias de cada instrumento en el tema mientras persiste casi silenciosamente una nota de la tonalidad uniendo todo el conjunto, unísonos de fuerza desgarradora y hasta yo diría que desvaneciéndose compasivamente hasta alcanzar el absoluto silencio. Tanto y tan a gusto nos dejaron que costó arrancar el aplauso final, como si una nebulosa de paz nos hubiera dominado hasta postrarnos en la más pura relajación, aunque, claro, el fragor del aplauso tuvo el premio de un Turina fuera de programa.
Para terminar una nota de admiración para el equipo que lidera Fernando Zamanillo que ha hecho de este Festival de Arte y Música "Artesles", y en sólo cinco años, no ya una alternativa a la cultura de nuestro verano, sino una auténtica referencia artística en el Valle de Cayón. La oportunidad de unir el arte visual plástico con la música, la Edad Media con el Siglo XXI, los movimientos tradicionales con los más vanguardistas, y la incorporación de artistas interesantes e importantes, es una oferta digna la mayor atención. --- (Jesús Manuel Piedra - 06-8-07)