Música en Cantabria

martes, octubre 10, 2006

Y SEGUIMOS .... SIN ORQUESTA en CANTABRIA

Tras la clausura del FIS 2006 mucha gente, entre los que se halla algún crítico musical de la prensa cántabra, comenta, con resignación y anhelo, que hasta el próximo año probablemente no se vuelva a oír música sinfónica de calidad en Cantabria. Y en estos últimos días hemos visto dos excelentes conciertos de “Cantabria 2006 – Liébana Tierra de Júbilo – en Torrelavega y Reinosa, donde “nuestro” Coro Lírico de Cantabria (Coro de las Temporadas Líricas de nuestro Palacio de Festivales) abordaba con gran éxito el oratorio “Stabat Mater” de Rossini, junto a “nuestros” grandes solistas Montserrat Obeso y Eduardo Santamaría, como soprano y tenor, además de la mezzo Mireia Pintó y el bajo Felipe Bou. Pero de nuevo la orquesta tuvo que venir de fuera, en este caso de Bilbao, sonando muy bien a las órdenes de Juanjo Mena, joven aunque ya consolidado y reconocido por méritos propios, y que hay que decirlo, fue una delicia trabajar con él.

Guardo la página del Diario Montañés donde el Consejero López Marcano anunciaba un magnífico programa de actividades culturales. El Diario Montañés lo titulaba así el 15 de Noviembre de 2005: “CANTABRIA INFINITA – La Joven Orquesta de Cantabria” . Y continuaba el titular: “El Programa Cantabria Infinita contará con un fuerte aumento presupuestario que ascenderá a 1,3 millones de euros. Esta inversión, declaró López Marcano, permitirá, entre otras cosas, la puesta en marcha de la Joven Orquesta de Cantabria”.

Reconoceré, como casi siempre, que el actual Consejero de Cultura, a quien considero objetivamente como una persona que como tal y como político está involucrado en la Música y en la Cultura por convencimiento íntimo y verdadero, cumple de una forma u otra con sus planificaciones y no tiene acabado su plazo en lo aún sin realizar, pero ciertamente se va agotando y uno de los proyectos, éste, no conozco que se haya iniciado, aunque tampoco yo soy quién para saberlo. Aquél día, creo recordar, anunciaba que la Orquesta Joven de Cantabria era ya una realidad. Pero es cierto que precisamente porque una orquesta precisa de una planificación muy seria, detallada y de larga preparación, es muy difícil ponerla en el camino de su realización, y desde luego prácticamente imposible dejarla lista. Aunque quién sabe si el Consejero nos tiene preparada alguna sorpresa, que tampoco es de extrañar en alguien que hace ahora diez años tuteló la creación del Coro Lírico de Cantabria, que ha tenido tanta historia musical con muchos y repetidos éxitos en tan escaso tiempo.

Este comentario no viene ahora porque sí. En 1998 publiqué un extenso artículo, a propósito de la presencia en el Palacio de Festivales de la Orquesta Filarmónica Sajona, en el que ya lo demandaba. (Y que quien quiera puede consultarlo en las publicaciones de mi web “
www.cantabriamusical.com ”. )

-¿Tiene algún problema insalvable la formación de una orquesta estable y oficial en nuestra Cantabria con tanto pasado y presente musical?

Hacia la izquierda veo una Autonomía también uniprovincial, la querida Asturias, que tiene a la OSPA (Orq.Sinf. del Principado de Asturias); y a la OSCO (Orq. Sinf. Ciudad de Oviedo); incluso otra más, la OSGI (Orq. Sinf. De Gijón). Y más a babor ya no diré nada de la magnífica orquesta Sinfónica de Galicia, además de otras de su Comunidad tetraprovincial.
Pero también debo mirar a la derecha y me encuentro, aparte de la Orquesta Sinfónica de Euskadi, a la Orquesta Sinfónica de Bilbao, que tutela sólo la Villa. Vale: Bilbao tiene posiblemente más habitantes y recursos que toda Cantabria, pero también tiene Conservatorio de Nivel Medio, como Cantabria, pues el Superior, como sabemos, se lo llevó San Sebastián. A nuestro Sur Castilla-León posee otra gran orquesta, en Andalucía muchas provincias la tienen, etc., pero dejémoslo como otro tema a desarrollar.

-Vuelven los interrogantes: ¿Qué problemas tenemos aquí? ¿No hay personas con formación y experiencia suficientes para arrancar este proyecto? ¿No hay base para empezar a crear una orquesta aunque sólo y bastante, fuera “Joven”, tal como anunció el Consejero? ¿O hay algún interés creado que no logramos entrever?

Este comentarista que vive por la Música, no de ella desgraciadamente, y que dispone de una limitada formación académica musical, aunque constante, reunió en el año 2000 un pequeño grupo instrumental que denominamos “Amadeus” y que en las quintas Primaveras Musicales Pejinas interpretó nada menos que a Bach, a Mazas, a Haydn, a Telemann, a Mozart, además de hacer los cuatro movimientos completos del “Concierto en Miniatura en La menor” del portugués Fernando Costa para después acompañar a “Canta Laredo” en cinco piezas donde se incluía a Vivaldi, Mozart, Perosi en su II Pontifical, y a quien suscribe. Es un pequeño apunte, pero se realizó en muy poco tiempo con jóvenes músicos que no pasaban de cuarto de instrumento. Pero en Cantabria disponemos de dos conservatorios de Nivel Medio y varias escuelas y centros municipales de Música. Me gustaría conocer cuántos alumnos hay cada año en total, cuántos estudian cada instrumento, y cuántos dejan los estudios con gran nivel. ¿Por qué? La respuesta es simple: No tienen dónde tocar.

-¿Y nuestros “músicos exiliados?. No los olvidemos tampoco aquí porque hay muchos que a falta de una orquesta profesional han debido marchar con sus maletas a buscar trabajo en otros sitios. A modo de ejemplo citaré a los hermanos Sáinz San Emeterio, Arancha Lavín, Daniel Alvarez, Alberto Gorrochategui, Orfilia Sáiz y otros bastantes que han conseguido plazas en importantes orquestas como la de RTVE, Sinfónica de Oviedo, etc.. Y todavía otros muchos estudiantes, a falta de grandes profesores de instrumento, acuden a Oviedo, San Sebastián o Madrid para recibir clases particulares de profesores de esas orquestas, no de los conservatorios.

Cualquier construcción se inicia por la base y una orquesta también. Pero si seguimos dependiendo para todo de las orquestas de Córdoba, Granada, Sevilla, Galicia, Castilla León, el País Vasco y algunas extranjeras con diferentes resultados –que todo hay que decirlo-, mientras nuestros músicos carecen de alguna oportunidad, salvo esas formaciones de cámara que ellos mismos crean para hacer algún “bolo” u otro acompañamiento, llegaremos al siguiente milenio y esto no dará para más. Lejos de mí señalar que no se traigan orquestas profesionales, sino lo contrario, que si tuviéramos la nuestra, algunas cosas se podrían hacer con ella, digo yo; con un tiempo, también lo digo. Pero para ello hay que empezar. La solución es más bien simple, porque lo más difícil, al parecer, está hecho, y es el presupuesto, porque materia prima nos sobra.

Está claro que para estos proyectos se necesita financiación, pero por otra parte, además de disponer de esta gran riqueza cultural en Cantabria algo ahorraremos algún día al no tener que contratar orquestas de otros lugares en la mayor parte de las programaciones, incluido el FIS. Si contabilizamos la cantidad de formaciones que cada año pasan por Cantabria para hacer fosos de orquesta (ópera, zarzuela, ballets, oratorios y conciertos), quizá podríamos plantearnos la “rentabilidad” de la nuestra cumpliendo ese mismo papel. Y algo más que considero fundamentalmente importante: La mayor posibilidad que tendríamos coros y cantantes de ofrecer repertorios más completos e interesantes, sin complejos, por la facilidad de tener aquí nuestra orquesta.

En este punto, quiero plantear la gran cuestión de siempre: ¿Qué es antes: el huevo o la gallina?. O de otro modo: ¿Arreglaría la cosa una Orquesta Joven o primero debiera ser una Orquesta Profesional a modo de la Orquesta Ciudad de Oviedo (OSCO), por ejemplo, la del Principado (OSPA), o la Sinfónica de Bilbao?.

En esta opción, que parece más sensata aunque quizá deba esperar porque por algo hay que empezar, la orquesta joven sería utilizada como cantera formativa donde se perfeccionarán los músicos estudiantes que hoy tenemos y los que hayan de venir, y harían su repertorio. No estoy seguro que hacer sólo la orquesta joven sea el mejor invento, pero únicamente la profesional tampoco, y bajo el regazo de la grande puede acogerse la joven, y nuestros músicos, además, quedarán suficientemente motivados al contar con cierta proyección, por lo que lejos de paralizar sus estudios los completarían en los conservatorios de nivel superior. Esto sí lo creo firmemente.

Hay cantidad de testimonios de políticos con alta responsabilidad en cada momento, que ante una programación musical o cultural de éxito manifiestan a menudo: “…los proyectos deben llevarlo a cabo las personas que saben (los músicos en este caso) y los políticos debemos limitarnos a apoyar y generar una buena idea, financiarla y realizar el correspondiente seguimiento controlando su correcta ejecución….”. (fin de cita). Reitero la cuestión de base: ¿Disponemos en Cantabria de Músicos capaces de llevar el proyecto adelante?. Me niego a aceptar que no, sino al contrario. Quizá, como en todo, muchos no hay, pero existen los suficientes para conseguir realizar un buen trabajo didáctico, de preparación de repertorios y, en su caso, la dirección de las propias orquestas OSC (Orquesta Sinfónica de Cantabria) y OJC (Orquesta Joven de Cantabria) en la mayoría de los programas, sin perjuicio de que en lo específico se contrate a un especialista como invitado, u otras formaciones, evidentemente como en todas partes.

No quiero extenderme más porque pienso que está planteado lo fundamental. Si esta opinión sirve de recordatorio y de expresión de una realidad que nos falta, habrá cumplido su objetivo. Aseguro que está lejos de cualquier crítica fácil sino que es fruto de una observación y un análisis constructivo de algo que se demanda por muchos sectores de la sociedad cántabra. Y si únicamente, que ya sería bastante, pudiéramos disponer de una Orquesta Joven en corto plazo, se cumplirán parte de nuestras necesidades y muchos de nuestros anhelos.

Pero mucho me da el “pálpito” que si hace ya ocho años escribí el primero y anterior artículo reclamando tímidamente una orquesta para Cantabria, volverán a pasar otros ocho antes de que escriba el tercero. Y éste lo tendré que titular -¡Ojalá me equivoque!-: “ADIÓS ORQUESTA CÁNTABRA”, porque ni mis oídos ni mis ojos tendrán esperanzas de ella. Y eso, para una persona con la Música y Cantabria en el alma, es como una puñalada en el corazón.----


Jesús M. Piedra – Músico
(30 de Septiembre de 2006)

www.cantabriamusical.com y www.laredomusica.com